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Más libertad de expresión frente a la violencia
Por: Abel Suing abelsuing@gmail.com
Han pasado escasos días de 2024 y los crímenes, secuestros y extorsiones continúan en Ecuador. Ello evidencia la urgencia de acrecentar espacios de diálogos para superar la crisis de inseguridad.
Las motivaciones para delinquir probablemente estén en injusticias, sistemas de explotación y privilegios que benefician a pocos, además en débiles instituciones que perpetúan los malestares que derivan en conflictos. El predominio de las inequidades y el imperio de la fuerza no son democráticas, imponen intereses de grupos y anulan la diversidad.
La violencia denota que el país se aleja de la democracia, ya no ocurre lo que señaló el expresidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, definición que aplica tanto a regímenes ideológicos de derecha como de izquierda. Entonces, entre los pasos urgentes para evitar más descomposición social está el abogar por las bases de la república, una de ellas es la libertad de expresión.
Los sesgos informativos, la censura, las amenazas a periodistas, la desinformación y las prácticas reñidas con la ética permiten que la comunidad esté indefensa, que no cuente con elementos para distinguir los datos que recibe, que acepte como auténticos ciertos criterios y que no forme una opinión pública sólida que cuestione y exija respuestas a los gobernantes. La escasa información de calidad ampara a los delincuentes.
Otra acción que se sugiere es la participación de los ciudadanos, su gestión cívica en la edificación de soluciones, pero lo inmediato es multiplicar las opiniones, las intervenciones en los medios de comunicación, en concreto ampliar la libertad de expresión y brindar las garantías necesarias para que los periodistas sigan en su postulado de búsqueda de la verdad.
Citation
Suing, A. (2024). Más libertad de expresión frente a la violencia. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.10480292
Comunicación para la seguridad ciudadana
Por: Abel Suing abelsuing@gmail.com
La inseguridad está presente en todo el país y exige que las organizaciones comunitarias, empresas y centros educativos, además de la policía, desarrollen mecanismos de prevención.
Los gobiernos locales ejecutan planes de seguridad, pero los delitos crecen y desbordan las capacidades de las instituciones públicas, frente a ello, son los barrios a través de las alarmas comunitarias y la vigilancia virtual quienes suman esfuerzos para reducir robos, asaltos y crímenes. Al mismo tiempo, se implementan las experiencias de distintas urbes para identificar patrones de riesgos, mejorar los ambientes de convivencia y evitar la contracción económica.
El eje común en los procesos señalados es la comunicación, tanto privada como pública. A los sistemas informáticos, redes sociales y boletines prensa se podrían sumar otros formatos que acrecienten una cultura de paz, entendida como valores, actitudes, justicia, igualdad y la no violencia en la sociedad, según lo define la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Las intenciones pedagógicas que se piden a los medios de comunicación para enseñar sobre seguridad, también deben estar en la comunicación académica, empresarial y ciudadana. La identificación de causas, la exposición de datos verificados, las evaluaciones de buenas prácticas, entre otras informaciones, deben ser compartidas e implementadas gracias a la coordinación que los actores sociales logren.
La participación en los procesos de comunicación apoya y define la acción colectiva. Las políticas públicas serán más cercanas a las realidades de cada sector en tanto haya más opiniones en la esfera pública. Tal vez, parte de la crisis que se vive en Ecuador esté correlacionada con el débil involucramiento de las personas en la democracia. La crisis es también una oportunidad para recuperar ciudades y un país confiable.
Cite as
Suing, Abel. (2023). Comunicación para la seguridad ciudadana. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.8359546
En busca de vacaciones seguras
Por Abel Suing, abelsuing@gmail.com
Se vive el periodo de vacaciones escolares del régimen Sierra-Amazonía del Ecuador y la intención de un descanso familiar fuera del hogar se enfrenta a la preocupación por la seguridad, en razón de los índices de violencia.
Quedan pocas urbes que no estén afectadas por la delincuencia. Según la Policía Nacional, se prevé cerrar el año 2023 con una tasa de homicidios de 40 por cada 100.000 habitantes. Ecuador es el país más violento de la región, como expresan medios de comunicación internacionales.
Lo que parecía lejano y ficción ocurre cerca, o podría emerger en espacios insospechados. Las ciudades turísticas ahora también son escenarios de crímenes. De acuerdo con el Ministro del Interior, entre los 15 distritos más peligrosos están Guayaquil, Esmeraldas, Machala y Salinas, a los que se suman Manta y Huaquillas, donde incluso el Comité de Operaciones de Emergencia cantonal declaró en emergencia.
Así, la aspiración de las familias de viajar, descubrir y ayudar a la circulación económica se inhibe. No hay confianza para ir a otros destinos. Se debe volver a las prácticas domésticas, explorar las tecnologías en línea y encontrar recreación en actividades lúdicas in situ.
Esta crisis debe dar paso a que las personas se involucren, contribuyan activamente con los gobernantes en ubicar y gestionar soluciones desde lo local.
Hay intereses que llevan a que pocos delincuentes, gamonales de la guerra y la pobreza, subyuguen a un país y quebranten el progreso de una generación. Habrá que encontrar esas motivaciones y reducirlas, o eliminarlas. Tal vez parte del futuro seguro está en los consumos de las personas, las políticas públicas y las estrategias de seguridad ciudadana. De no iniciar esta búsqueda, lo inmediato será acrecentar las emigraciones.
Cite as
Suing, Abel. (2023). En busca de vacaciones seguras. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.8245320
Cambio de narrativas en los servicios básicos
Por: Abel Suing abelsuing@gmail.com
Un breve examen a las declaraciones públicas de los alcaldes del Ecuador en la televisión local ubica entre los temas más abordados a la provisión de servicios, la economía, el empleo y las medidas para menguar los contagios de la Covid-19.
Estas manifestaciones están relacionadas con lo señalado en el COOTAD, en la práctica los alcaldes cumplen con las disposiciones legales, sin embargo, las demandas de los ciudadanos y las evidencias muestran un déficit de atención.
La semana anterior en Loja se vivieron catástrofes que superaron las proyecciones de canalización de las aguas lluvias, seguramente en las premisas de los urbanizadores, como en otras obras, no se estimó la radicalidad del cambio climático.
Consecuencia de lo anterior implicaría modificar las narrativas, pasar de contar las consecuencias a fomentar las previsiones, sin dejar de atender las mitigaciones.
Será difícil y oneroso para todos los vecinos de Loja asumir que deben cambiar, reforzar o reubicar sus domicilios, pero más caro será perder patrimonios o la vida de familiares. La ciudad se planificó hace años, con las mejores intenciones, pero no es la que hoy se requiere, Loja se sostiene cada vez menos en las dinámicas y flujos de inicios de siglo XXI.
Los impactos de la Covid-19, la virtualización, la calidad de la educación que se brinda al país, los inmigrantes, el cultivo de las artes vidas, el tránsito de toneladas de tierras desde las minas de Zamora, el comercio con Perú y un etcétera de otras realidades exigen que autoridades y ciudadanos dialoguen sobre el futuro, lo contario será ver surgir un “pueblo de paso”.
Citar como:
Suing, Abel. (2022). Cambio de narrativas en los servicios básicos. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.6409887
Diálogos y participación cívica
Por: Abel Suing abelsuing@gmail.com
Varios problemas de gobernabilidad se resuelven en diálogos directos entre autoridades y ciudadanos donde surgen compromisos, procesos y rendiciones de cuentas. Hay soluciones que no dependen de inversiones económicas, están relacionadas al respeto y trato digno que toda persona merece.
Aplazar los diálogos genera tensiones, violencia e incrementa los índices de insatisfacción, ejemplos de esto son los inconvenientes que los lojanos viven a diario como el comercio informal, el caos de tránsito, la insuficiente provisión de agua potable, el deterioro de los espacios públicos, el descuido de parterres y otros más.
Seguramente el inicio de las soluciones demandará reconocer que cada parte debe aportar, generar cambios y hacer sacrificios. El bien común está sobre los intereses particulares si el propósito es una mejor calidad de vida, de lo contrario se agrandan las distancias entre grupos sociales, al final todos pierden.
¿Quién debe dar el primer paso? De acuerdo a la lógica política se espera que sean los gobernantes con son equipos de gestión, si no es así parecería que hay poca voluntad, escasos recursos o la prevalencia de sesgos políticos, frente a ello son los ciudadanos, movimientos cívicos, corporaciones privadas, es decir la sociedad civil la que tiene que intervenir, así ocurrió en otras ciudades mientras sus gobiernos locales se fortalecieron.
Es urgente y necesaria una intervención cívica y ciudadana para encontrar alternativas que estén a disposición del alcalde y los concejales.
Se escuchan con frecuencia que representantes de barrios, mercados, transportistas y otras organizaciones se acercan al Municipio a pedir atención, seguramente buena parte de los reclamos son atendidos, pero la mayoría no se entera, esto denota que además de parlamentos se espera una eficiente y eficaz comunicación.
Citar como:
Suing, Abel. (2022). Diálogos y participación cívica. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.5839175
Dar la palabra a las PPL
Por Abel Suing. abelsuing@gmail.com
Los ecuatorianos han fallado en atender las demandas de los privados de libertad y de sus familias. Las intervenciones coyunturales y la declaratoria de emergencia resultan insuficientes frente al horror que se vive en las cárceles porque no involucran a todos los actores del sistema de justicia. Ante el poco respeto de la dignidad de las personas, por ignorancia o temor, se seguirán recibiendo respuestas hostiles y muertes.
En los diálogos que surgirán en búsqueda de soluciones será fundamental escuchar a los reos, conocer sus ópticas y sugerencias, al inicio se presentarán reclamos y sentimientos con los que graficarán el pánico, pero será un primer paso para conocer cómo responder de mejor forma hacia la reinserción social. La comunicación es una vía imprescindible en momentos de crisis y da lugar a acuerdos sólidos entre las partes.
Vale recordar las experiencias de creación de contenidos para radio y televisión que se trabajan desde los centros de rehabilitación social, en Loja también ocurrieron programas de alfabetización audiovisual, auspiciados por la Dirección General de Vinculación de la UTPL, que derivaron en spots y cortos cinematográficos a través de los cuales los jóvenes infractores emplearon imágenes, audios e iconos, es decir el lenguaje de las redes sociales y YouTube, para contar sus historias al mundo.
Hay otros casos en Ecuador y Latinoamérica que muestran que los medios de comunicación social brindan espacios para acercar a los ciudadanos, dentro y fuera de las correccionales; lamentablemente los apoyos públicos impiden que estas prácticas continúen. Ojalá que en esta ocasión se valore el aporte de las universidades para construir relatos como el señalado, no sería un problema de recursos, sino de voluntades políticas.
Citar como:
Suing, Abel. (2021). Dar la palabra a las PPL. Zenodo. https://doi.org/10.5281/zenodo.5711215
Navidad y horarios extendidos
Por: Abel SUING arsuing@utpl.edu.ec
Las autoridades civiles de Ecuador dispusieron medidas urgentes, como la restricción de la movilidad y reducidos horarios de atención en los establecimientos comerciales, para evitar contagios de una cepa más transmisible de la COVID-19, pero éstas limitaciones ponen en riesgos los sustentos de varias familias.
En un año severo para la economía menguar las transacciones de bienes y servicios, aunque sea por pocos días, significa ralentizar una recuperación productiva urgente. Es comprensible la buena intención de los responsables de los organismos de seguridad pública, sin embargo, deberían identificarse otros mecanismos para lograr equilibrios.
Por ejemplo, los primeros meses de la pandemia se apreció una descentralización de los grandes centros de abastos hacia las tiendas de barrio, luego, en el último trimestre durante el “semáforo amarillo” los ciudadanos no volvieron masivamente a las grandes superficies de consumo. Tal vez este comportamiento tenga algunas claves de la reconfiguración de los mercados después de la COVID-19.
Los representantes de las cámaras de producción sugieren extender los horarios y que se atienda a una proporción entre el 30% y 50% de aforos. De aplicarse la propuesta se necesitaría que los sistemas conexos de vigilancia, alimentación y otros se acoplen como ha ocurrido en las últimas décadas con la educación nocturna donde los turnos de transportes públicos y las jornadas docentes cierran a las 23:30.
¿Qué lleva o por qué los consumidores compran entre las 10:00 y las 21:00? ¿Por qué no asistir a una tienda de ropa o de comida a la 02:00? y así otros en otros aspectos.
Una “nueva normalidad” está emergiendo. Lo que hoy parece una excepción en Navidad puede convertirse en un estándar a partir de 2021, entonces se necesitarán expertos proveedores disponibles las 24 horas del día, siete días a la semana.
Tal vez en pocos años no llamará la atención ir a clases entre las 04:00 y las 10:00 para luego conectar con el trabajo y la familia. La sociedad avanza a nuevas relaciones personales mediadas por las tecnologías y la cultura digital.
Cite as
Suing, Abel. (2020, December 23). Navidad y horarios extendidos. Zenodo. http://doi.org/10.5281/zenodo.4390559
Los accidentes de tránsito en #Loja
Los periódicos locales informan, casi a diario, de accidentes de tránsito. Las imágenes que la prensa muestra son duras, así como los relatos de lo ocurrido. Para los habitantes de ciudades pequeñas, como Loja, un accidente de tránsito altera la vida cotidiana, pero: ¿Qué ocurre cuándo la excepción se transforma en regla? ¿Loja y el Ecuador tienen políticas de seguridad ante el tránsito vehicular?
Por sorprendente que parezca, las acciones de educación vial han crecido, así como el trabajo de organizaciones no gubernamentales, un ejemplo destacado es la ONG “Justicia Vial”, también los transportistas hacen parte de la tarea en sus Escuelas de Formación, incluso en Loja se creó el Instituto Tecnológico “Vicente Agustín Aguirre Ruíz” para enseñar a nivel superior tránsito y seguridad. Las autoridades aportan con campañas informativas frecuentes y participan en la búsqueda de soluciones a través del Servicio de Investigación de Accidentes de Tránsito SIAT de la Policía Nacional.
En cuanto a cifras, nuestro país está en deuda con sus compromisos: La tasa de fallecidos no se reduce el ritmo
El alcohol, las drogas ilícitas, la fatiga, el conducir sin permisos y un sinfín de motivos aparecen en los orígenes de los accidentes, pero antes de éstos motivos están otros: ¿Qué lleva al uso de las vías de forma irresponsable? ¿Es acaso el exceso de velocidad la forma de exteriorizar los que vivimos en la llamada “Sociedad de la Información y el Conocimiento”?
Conforme crecen las cifras de accidentes de tránsito crecen las preocupaciones de padres y maestros al dejar a nuestros hijos en las calles, los privamos de salir y habitar plazas, parques, avenidas porque en cualquier momento pueden ser atropellados. Así, estamos dejando que el miedo nos domine y que pocos, irresponsables, se apoderen de una ciudad que es de todos.
Si la instrucción formal en técnicas y protocolos de conducir no está ausente de los currículos académicos, entonces falta otro tipo de formación que esté vinculada a valores, al respeto y al bien común. Hemos construido una urbe con elegantes vistas y con espacios verdes, pero necesitamos valorar lo que edificamos, entender que nuestras condiciones no deben yuxtaponerse a las de otros.
Es lamentable ver a muchos jóvenes morir, saber de hijos huérfanos y de personas fracturadas de por vida a consecuencia de los accidentes de tránsito, pero será más lamentable saber de una sociedad mutilada porque no fomenta una educación de valores que enseñe a respetar al otro, a las personas diferentes, y comprender que hay lugares y vías de tránsito que son de todos, y que no deben ser usadas como pistas de velocidad hacia una eternidad egoísta.
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